Hoy quiero escribir de algo que hasta hace unas horas, era algo de lo que ágilmente blasfemaba. Los taxistas... Son unos seres extraños que habitan y se desplazan en la calle, seres odiados por muchos y que ubicamos perfecto por sus singulares vehículos, autos que se desplazan a toda velocidad por una ciudad que ha encontrado la forma de hacer el desplazamiento, una verdadera prueba de paciencia y un auténtico deporte de alto riesgo.
Mucho se ha dicho de estos personajes y mucho se ha comentado, muchas veces los odiamos por su falta de cortesía o su manera tan inoportuna de aventar el coche, con tal de adelantar un lugar. Bueno, hoy me toca hablar bien de ellos.
Mi historia del día de hoy comienza a las 6 pm, una tarde de martes en la ciudad de México, donde mi objetivo era llegar a las 7:30 al aeropuerto para poder acudir a una conferencia de prensa en la ciudad de Guadalajara. Para no hacerlo tan largo me salto los detalles pero el punto es que 6:30 y yo apenas iba saliendo de mi casa, y peor para mi gran visión y confianza era ver que el tránsito estaba parado... Bien Alejandro, tu muy bien...
Salir de mi casa fue una verdadera travesía y un reto absoluto para la paciencia, es impresionante como puedes estar 5 minutos y no moverte... Eran las 7 pm y yo estaba a escasos 1.5 km de mi casa, no había avanzado nada!!!! Empece a analizar mis opciones y mi cabeza recorrió cada posibilidad y cada escenario de como iba a terminar mi día... Al paso que íbamos, no se veían nada alentadores.
A pesar de los esfuerzos por buscar rutas alternas, de buscar en el GPS otros caminos y la linda voz de mi novia tratando de no blasfemar que si no fuera por mi grandiosa idea de que pasara por mi, ella ya estaría en su casa, seguíamos atorados en el tránsito con mis posibilidades de llegar al aeropuerto reduciéndose segundo a segundo... Las opciones se iban reduciendo y mis opciones estaban ya muy bien delimitadas: opción 1, llegar al aeropuerto a tiempo, opción 2, comprar otro boleto de mi bolsa en otro horario y por último, opción 3, manejar a Guadalajara.... Que horror eran ya las 7:30 tenía que estar ya en el aeropuerto.
Aquí empieza lo bueno, en un arranque que hoy festejo, le agradecí con todo mi corazón a mi novia y me baje del coche, literalmente para correr y salir del nudo de tránsito que estábamos atorados, es ahí donde comienza la verdadera aventura.
Justo a 5 cuadras de donde me baje, parecía que el tránsito estaba mejorando, estaba en la colonia Condesa, por lo que decidí parar un taxi y probar suerte, vaya que la necesitaba... Se detuvo un taxi después de tres intentos fallidos por parar otros, y al decirle que iba al aeropuerto su cara fue de lo mejor... Me dijo que era muy complicado y que a las 8 tenía que estar en la colonia Del Valle de regreso, que no me podía llevar... Le dije que era mi única opción para lograrlo y mis esperanzas se vinieron abajo al ver que eran las 7:40... No había manera de llegar al vuelo, salía 8:30 tenía que llevar 10 minutos ya en el aeropuerto y ni siquiera estaba cerca...
Después de explicarle mi situación al taxista, me dijo que me iba a acercar en el camino, y cuando viera un taxi vacío, le iba a decir que me llevara... Triste mi calavera, jajaja...
Llegamos hasta Viaducto e hizo una maniobra que en realidad me dejo trabado y solo grite: ahuevo! Se vio muy cañón y ahí fue donde algo hizo clic. El taxista se emocionó con mi reacción de aquella maniobra mágica y me dijo: solo hay una opción que lleguemos a tiempo, y es que me dejes hacer lo que mejor se... Zaz! En ese momento ya mi esperanza de llegar era nula, eran 7:45 y el viaducto iba a vuelta de rueda, no había manera que lo lograra, pero su propuesta me intrigó muchísimo y antes que lo pensara le dije, olvidate del taxímetro, si llego a tiempo, no te vas a arrepentir de no llegar temprano a la base...
No mamar!!!! Literal lo que sabia hacer, lo hacia MUY bien, una habilidad de manejar impresionante, era como ir en una moto pasando de un carril a otro, siempre sin detenerse, y lo mejor es que nunca le tocaron o vi que se le metiera de manera grosera a alguien... Era impresionante. Con el GPS del teléfono en la mano, Yo veía que faltaban 10.5 kilómetros para el aeropuerto, en menos de 20 minutos, imposible! Su regla según el, era nunca detenerse, siempre sabia en que cruce se iba a detener el tránsito y daba una vuelta para rodear y siempre seguir avanzando...
No sé en que momento me vino a la mente el pequeño haz de luz de que lo lograría, un pequeño pensamiento que fue creciendo diciendo, si, si lo logramos... No tengo idea de por donde se fue, cruzó calles que parecían sentido contrario, pero no había un coche, sabía donde hacer una pausa y donde acelerar para cruzar exacto. No podía creer como se reducían los kilómetros en el GPS, y la manera tan hábil de manejar, a cada calle que cruzaba o cada luz que calculaba exactamente, yo gritaba y lo alentaba a seguir más rápido. El pensamiento se volvió más fuerte y sabia que lo íbamos a lograr... Una vez más era impresionante, y terminaba siempre con la misma frase, el chiste de todo, es seguir avanzando...
17 minutos después, no lo podía creer, estábamos llegando al aeropuerto, eran las 8:02, recuerdo la hora perfecto. Conforme íbamos llegando, saque dinero suficiente como para que no se arrepintiera el haberme llevado, agradecido por aquella cantidad, me dio las gracias de froma muy atenta, le dije que hubiera sido más caro para mi, comprar otro boleto o irme manejando, Me dejó en la puerta 4 justo a las 8:05, 25 minutos antes de que despegara el avión. Al bajarme sólo alcance a escuchar: siga avanzando Joven, siempre avanzando...
El destino estaba escrito y estaba decidido que me tenía que subir a ese avión, en recepción el operador me vió correr desde la puerta y al decirle el vuelo, me mandó con el supervisor ya que el vuelo aparecía cerrado, al ver mi cara, le marcó a la sala y le dijo que si me podía esperar. Como era de esperarse me dijo, un minuto más y se queda. Corrí a la sala de revisión con un pase de abordar condicionado y no había nadie, pasaron menos de 7 minutos desde que me bajé del taxi y ya estaba recogiendo mi maleta de la banda, y una vez más, en contra de toda mi experiencia, no me pararon a revisión, cosa que es casi de ley en mi. Corrí a a sala y llegue 8:15, ya estaban abordando... La señorita que me recogió el pase de abordar me sonrió y me dijo: uff a nada, eh! Ya habiá cerrado el vuelo. Le sonreí de vuelta y entre al avión.
Ese pequeño haz de luz que fue creciendo y creciendo, hasta que lo único que pensaba era que lo lograría, es algo que hoy que lo pienso, me ha dominado durante muchos años de mi vida, ese pequeño pensamiento que sabe que es posible, que no importa cuan difícil o improbable puedan ser las cosas, sin importar los obstáculos o las pocas posibilidades que se tienen para lograrlo, es algo que me hizo sentir aquel taxista en 25 minutos, y hoy escribiendo, deseo que nunca se me olvide, que nunca me rinda y que por encima de todo, disfrute y me emocione en el trayecto, el trayecto a lo que yo pensaba, era imposible.
Gracias señor taxista, gracias por darme esa lección de manera tan simple... Supongo que está manejando y que el tránsito no baja a estas horas, muchas gracias y... Siga avanzando, el chiste es seguir avanzando...